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La escuela en la Copa Confederaciones: el caso alemán y el caso chileno

La Copa Confederaciones confirma que en el fútbol contemporáneo prevalecen las escuelas sobre las coyunturas.

Diego Latorre

Publicado: 2017-07-02


Esta final de la Copa Confederaciones deja claro que, en el fútbol, la escuela está marcando un diferencial. Alemania y Chile mostraron hoy de diversas maneras el peso de un estilo definido en sistemas organizativos que han planteado una idea de juego. En ese terreno, es probable que Alemania cuente con más recursos humanos, técnicos y formativos. Su evolución y sus logros desde 1999 en adelante se deben a una decisión en el ámbito de las políticas con las que se formaban a entrenadores y jugadores (Ciriza, 2014; Pérez, 2017). Al día siguiente de la goleada 1-7 a Brasil en el Mundial de 2014, Ciriza afirmaba lo siguiente sobre los dirigentes de la Federación Alemana:

Pese a la excelsa cosecha de la Nationalmannschaft en los Mundiales –tres estrellas y cuatro subcampeonatos–, olfatearon un cambio de rumbo en el fútbol y se aplicaron en el laboratorio. Apostaron por Jürgen Klinsmann en el banquillo de su selección y rediseñaron las bases del juego germano, en pos de un modelo más coqueto, pero igualmente efectivo. La apuesta se plasmó directamente en la Bundesliga, desde entonces un campeonato saneado, vistoso y alegre, y alcanzó su apogeo con la exhibición histórica de anoche frente Brasil, a la que el equipo de Joachim Löw zarandeó como a un guiñapo en el Mineirão y le infligió la derrota más sonrojante su historia: 1-7. (Ciriza, 2014, párr. 1)

En ese mismo artículo, Ciriza explica el funcionamiento de la selección alemana a partir de las estadísticas por posición y esos números evidenciaban una gran eficiencia. Lo resaltante de ese partido es que era en semifinales de un Mundial contra Brasil, que era, además, el anfitrión y contaba con el apoyo del local. Ese despliegue estaba basado en el sistema futbolístico que se estaba implantando como política y que involucraba a los equipos y a los centros de formación (Pérez, 2017).

Después de la Eurocopa del 2000 en la que Alemania ni siquiera superó la primera fase, la DFB observó que países como España o Brasil habían superado el hasta ese momento referencial estilo de juego alemán y que [...] era necesario adecuarlo a los nuevos tiempos. Eso derivó no solo en la forma de entrenar a los jugadores, sino también a los futuros entrenadores. A partir de la publicación de una serie de nuevos requisitos se obligó a los centros de educación futbolística a modificar los contenidos y por lo tanto a variar los estándares por los que entregar el título de entrenador. En cuanto a los futbolistas, se reforzó la atención en las categorías juveniles y se empezó a controlar que la aplicación de esa hoja de ruta se estuviera cumpliendo. (Pérez, 2017, párr. 4)

Es evidente, entonces, que los resultados que está consiguiendo Alemania son producto de un trabajo formativo y educativo que se ha consolidado con los años. En ese sentido, los triunfos alemanes son una buena noticia para los enfoques que priorizan la obtención de logros a partir de una formación cuidadosamente planificada. Es decir, este  proceso invita a mirar las políticas a partir de las cuales los futuros deportistas desarrollan sus capacidades para poder actuar en distintas situaciones en los juegos que afrontarán en el futuro. 

Al mismo tiempo, esto nos convoca a detenernos en lo que se debe priorizar en el proceso formativo. Por un lado, se requiere la consolidación de aspectos psicológicos. En primer lugar, es vital generar mecanismos de motivación que permitan afrontar los retos. En segundo lugar,  este proceso implica consolidar un autoconcepto que no vaya en contra del profesionalismo deportivo. En tercer lugar, es importante que se desarrolle la autorregulación y la confianza en el rol del equipo. Por otro lado, se necesita trabajar capacidades que van a verse reflejadas en las acciones de juego. Para que los jugadores consoliden su forma de juego, deben desarrollar habilidades físicas que impliquen precisión. Por ejemplo, esto es necesario para los pases en primera, los pases en corto, los pases en largo. los centros, los remates de media distancia o de corta distancia. Asimismo, deben saber cómo moverse en el campo para que se abran o se cierren espacios de pase o de remate. Además, deben desarrollar la capacidad de utilizar diversas herramientas para generar que su cuerpo pueda resistir la exigencia de partidos sumamente desgastantes. Todo eso lo ha logrado el seleccionado alemán (Latorre, 2007).

A partir del 2000 hubo un cambio radical y ahora los alemanes sacan jugadores en serie con una mezcla casi perfecta: mentalidad y presencia física alemana tradicional junto con técnica, conocimiento y picardía propia de sudamericanos. No solo tienen tres o cuatro grandes figuras. Vemos generaciones que se superponen como capas. Parecen fabricados en serie con las mismas pautas. Buen control, buen pase, buena colocación, y las virtudes de siempre: paciencia, perseverancia y mentalidad. Ver la Bundesliga es ver jugadores desconocidos pero excelentes. Podrían formar cuatro alineaciones internacionales de primer nivel. (Latorre, 2017, párr. 3)

Chile es un seleccionado que ha consolidado un estilo de juego reconocible en el que todos dependen del buen trabajo del otro. Es una selección que prioriza la posesión y el ataque, aunque eso no implica que no sepa defender bien. Juega con la defensa adelantada porque prioriza la presión en campo contrario. Esa forma de juego implicó una renuncia a la forma de juego previa a Bielsa (Latorre, 2017). Antes de que este último llegara e, incluso, antes de que su primera entrevista con los dirigentes chilenos, ya había realizado un análisis de diversos jugadores chilenos (Informe Robinson, 2012). Bielsa ya había realizado el trabajo de viajar por todo Argentina para reconocer menores con condiciones para sumarse a las divisiones menores de equipos de fútbol y, en Chile, asumió el reto de identificar a jugadores que le permitieran realizar el juego que él esperaba en la selección chilena. Para poder renovar el centro de entrenamiento de la selección chilena, Bielsa, así como hizo en su búsqueda de jugadores jóvenes, viajó por todo Chile para dar charlas que le permitieran conseguir fondos para la renovación de este centro de entrenamiento (Robinson, 2012).

Y yo pienso que a muchos de nosotros nos cambió la mentalidad en ese momento. Nos sirvió para crecer. Siento que era un plantel muy joven. Había incluso gente que ni siquiera había debutado en sus equipos en primera división y sí estaba debutando en una selección. (Bravo, 2012, como se menciona en Robinson, 2012)
El rosarino [Bielsa] heredó una selección con problemas de disciplina y autoestima. Los comienzos tampoco fueron fáciles esta vez, pero aquel renovado grupo de jóvenes inexpertos creía en su entrenador. [...] Esa misma selección joven e inexperta comenzó a desplegar un fútbol distinto, rápido, descarado. Solo Brasil fue capaz de superar a Chile en la clasificación para el Mundial de Sudáfrica. Tras doce años sin ir al Mundial, aquel triunfo fue una fiesta nacional en Chile. (Robinson, 2012) 

Después del logro de la clasificación a Sudáfrica y del buen papel cumplido en el Mundial. La selección chilena cambiaría de entrenador y lograría volver a clasificar a Brasil 2014 ya con la dirección de Jorge Sampaoli. En ambos campeonatos, llegó a octavos de final y destacó por su juego. En el segundo, dejó en el camino a España tras ganarle 2-0. A partir de ahí, cosecharía una Copa América y una Copa América Centenario, ambas frente a Argentina. Lo logrado en esta Copa Confederaciones, bajo la dirección de Pizzi, es solo la consolidación del camino trazado por Bielsa. Al respecto Diego LaTorre (2017) afirma lo siguiente:

Desde que Bielsa cambió las reglas, la forma está por encima de las individualidades. Tener un patrón es muy importante porque el funcionamiento rescata a los jugadores y los empuja a hacerlo bien. Chile, como Alemania, han evolucionado dando prioridad a la forma frente a las individualidades (párr. 8).


Cuando se ve jugar a Chile, resaltan las características del juego de posesión y ataque. Debido al tiempo transcurrido, se notan los automatismos y el estilo. Esta selección se ha formado también a partir de una idea como sucedió con Alemania. Ambos grupos se caracterizan por un proceso formativo realizado en distintas etapas del desarrollo de los jugadores y ambas evidencian lo que se logra a partir de la decisión de trabajar sobre la base de una planificación y de una forma de trabajo que prioriza logros a corto, mediano y largo plazo. Lo logrado por ambas selecciones es el triunfo de la escuela por sobre la improvisación o el quehacer del momento. Eso es lo que me alegra de que ambas selecciones hayan llegado a la final. 

Listado de referencias

Ciriza, A. (2017). (9 de julio de 2014). Oda al fútbol total. Refundada en 2006 y moldeada por Löw, Alemania deslumbra a partir de Kroos, que acertó en el 93% de sus pases ante Brasil. El País. Recuperado de http://deportes.elpais.com/deportes/2014/07/09/mundial_futbol/1404904332_759734.html

Latorre, D. (2017). (2 de julio de 2017). Alemania y Chile, el triunfo de la escuela. La Roja se afirma en las reglas que estableció Marcelo Bielsa y el conjunto de Löw se consolida como gran potencia mundial. El País. Recuperado de http://deportes.elpais.com/deportes/2017/07/01/actualidad/1498921744_562729.html

Pérez, G. (2017). (1 de julio de 2017). Alemania tiene la fórmula. La vencedora mundial y europea sub-21 implanta el mismo método desde la base a jugadores y entrenadores. El País. Recuperado de http://deportes.elpais.com/deportes/2017/07/01/actualidad/1498931867_429259.html

Robinson, M. (Director). (2012). Informe Robinson. Recuperado de http://www.canalplus.es/play/video.html?xref=20120430plucanftb_29.Ves




Escrito por

Geraldo César Flores Suárez

37 años: lingüista, magíster en Lingüística-Estudios Andinos y en Cognición, Aprendizaje y Desarrollo, y candidato a doctor en Psicología


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