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¿Una tecnocracia de centro-izquierda?

La necesaria preparación de operadores tecnocráticos en la centro - izquierda peruana: reflexiones ante la insuficiencia

Publicado: 2017-05-30


Hacia el fin del 'apartheid', se reunió el Congreso por una Sudáfrica Democrática, que estaba integrado por el Partido Nacional y el Congreso Nacional Africano (CNA), además de otros partidos menores. Al respecto, Naomi Klein, en "La doctrina del shock", contaba que el CNA, que lideraba Mandela, se centró tanto en las reformas políticas y sociales que descuidó la mesa de negociación de modelo económico cuyo tecnicismo requería de una mayor atención. Ese contexto generó las condiciones para que se mantuvieran algunas políticas macroeconómicas que contribuyeron en se implantara luego en Sudáfrica un conjunto de medidas que querían profundizar en la separación del mercado y el Estado para eliminar la intervención de este último.

Un ejemplo como este nos hace notar la importancia de que todo proyecto político debe implicar, además, un proyecto tecnocrático detrás. Para manejar eso, necesitamos manejar el lenguaje del contendiente político, ingresar a su propia cancha y debatir con él ahí mismo, no solo de local. La centro - izquierda necesita eso: un horizonte tecnocrático claro y sólido, que esté articulado a su proyecto político y que pueda hacerla debatir con esa derecha que cree (solo cree) que maneja todas las respuestas.

Eso implica capacidad de negociar, capacidad de jugar con los términos del otro modelo y resemantizarlos o encontrarles las brechas. Es relevante recordar también que el otro, el que defiende el modelo de derecha, no es la negación completa de uno. Es alguien parecido a uno, con sus intereses e ideas. Algunas de ellas pueden ser interesantes y aplicables; otras pueden ser cuestionables y requerirán de una estrategia adecuada para generar condiciones que refuercen el posicionamiento político contrario. Lo importante es no caer en la negación completa del otro sino jugar con los puntos cuestionables. Eso es más estratégico, debido a que así puedes intentar persuadir a aquellos que están acostumbrados al modelo, pero que podrían cambiar de opinión si es que se les presenta una opción viable, clara y programática. Solo así se puede combatir al cuco Venezuela, que siempre enarbola la derecha y frente al cual no hay respuesta sólida.

Lo que se necesita ahora es atender necesidades pero también pensar en políticas que las atiendan. La mejor manera de hacerle frente a la inoperancia política del ppkausismo (sin negar su habilidad tecnocrática), el obsruccionismo fujimorista-aprista, la estrechez de miras y la ineficacia del Frente Amplio, y la irrelevancia de otras fuerzas políticas es plantear propuestas que encuentren los vacíos, generen los cuestionamientos y planteen alternativas al modelo actual. Eso implica conocer varios modelos, conocer varias de sus aplicaciones, haber realizado el proceso a pequeña o gran escala para conocer las ventajas y los obstáculos. También eso implica manejar herramientas para trabajar a partir de los resultados.

A la izquierda la he escuchado desempeñarse bien en sus justos reclamos sobre derechos, programas sociales, conflictos sociambientales, etc. Sin embargo, a la hora de las propuestas, por esa negación a mirar diversos modelos (incluso los del otro) para replantear, renegociar y modificar, la escucho endeble cuando se le escucha y, a veces, ni eso. Ahí es donde debemos trabajar ahora.

Para encontrar los "sentidos comunes" de los que habla Pablo Iglesias, por ejemplo, debemos entender que estamos frente a una sociedad que está altamente acostumbrada a un modelo económico específico, y no solo son así los que más tienen. Eso lo podemos encontrar en distintos espacios sociales. No es gratuito que algunos liguen al fujimorismo con el concepto de 'neoliberalismo popular'. Un vez en ese terreno, es vital encontrar qué es lo que resulta importante para entablar el debate en la cancha del otro, en la que seremos visitantes. Al fin y al cabo, eso somos, somos visitantes mientras no contemos con una sólida propuesta que pueda convencer desde la centro-izquierda. No convencemos y, mientras nos neguemos a ver que necesitamos conocer el modelo actual por dentro, para cuestionarlo y para ofrecer otra propuesta no convenceremos. La centro - izquierda necesita cuadros técnicos. Faltaron durante el gobierno de Villarán, por ejemplo. Ya es hora de que se construya y se priorice eso. De lo contrario, solo nos queda el hígado reventado de tanta bilis y nada para aportar.


Escrito por

Geraldo César Flores Suárez

37 años: lingüista, magíster en Lingüística-Estudios Andinos y en Cognición, Aprendizaje y Desarrollo, y candidato a doctor en Psicología


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