Algunas consideraciones estratégicas para debatir con el "nuevo" fujimorismo
Los actos de habla de Keiko en Harvard se pueden deconstruir y por ahí va la estrategia para responder a su movimiento camaleónico. Para comenzar, ella ha validado la labor de la CVR. Comencemos por preguntarle qué piensa hacer para trabajar la memorialización de lo ocurrido durante el conflicto armado interno. Además, recordémosle que los médicos involucrados en las esterilizaciones forzadas actuaron en el marco de una política pública generada desde el Ejecutivo. Sobre la Unión Civil, podemos preguntarle cómo enfrentará la férrea oposición con la que se va a encontrar. ¿Cuáles serán sus mecanismos de negociación?
Es sencillo afirmar el cambio. El decir es un acto en sí mismo y Keiko ya ha generado el impacto que probablemente proyectaba. Entonces, no hay que jugar hacia atrás. Solo recordarle lo que hizo el fujimorismo en los años anteriores nos hace estar en desventaja. Nos hace parecer miopes. Los que creemos que solo está utilizando una estrategia política debemos comenzar a pensar en el siguiente paso, porque Keiko ya 'movió ficha'. Ya realizó declaraciones que habrían sido impensables. Sabe que hay un apoyo que podría ganar. Alguien como Álvarez Rodrich ya opinó lo siguiente.
"En balance, esta apuesta de Keiko Fujimori constituye un paso muy importante para reforzar su ya sólida candidatura presidencial. Ahora requiere convencer de que está diciendo la verdad y que no lo dice solo para ganar votos".
Afirmaciones como la anterior demuestran que ha generado expectativa. La pregunta que se plantea Álvarez Rodrich es la misma que muchos se hacen: ¿cuál es la siguiente movida?
Keiko está rompiendo de alguna forma la asociación con su padre. No lo ha hecho completamente, pero esto parece ir en la dirección de presentar una imagen alejada del albertismo, según nos propone Juan de la Puente. Esto, según Álverez Rodrich, marca un derrotero similar al que recorrió Humala. A mí entender, existen diferencias marcadas que me permiten afirmar que el camino no es llano para Fujimori. Todavía Keiko genera una alta desconfianza porque para llevar a la acción lo que ha declarado tendría que tomar una serie de decisiones que hicieran corresponder el discurso con lo realizado. Por lo tanto, la estrategia de respuesta se debe centrar en encontrar la discrepancia entre el discurso y la acción.
Siguiendo con la sugerencia de Juan de la Puente, es el momento de revisar el comportamiento de la bancada fujimorista durante este gobierno, que justamente resulta camaleónico. Es el momento de preguntarles a Keiko y a su grupo cómo enfrentarían los retos que devienen de sus novedosas declaraciones de Harvard. Si no están siendo sinceros, como muchos pensamos, en sus declaraciones se encontrará el nicho para demostrar que no ha cambiado ni ella ni el fujimorismo. Probablemente, para los que apoyamos el "No a Keiko", esta campaña sea un poco más compleja y retadora. Sin embargo, no olvidemos que ya el 2011 la "batalla" fue contra viento y marea. Y, sobre todo, no olvidemos que ahora estamos compitiendo con alguien que parece haber aprendido un discurso distinto. La estrategia está en demostrar por qué pensamos que su discurso no tendrá un correlato en la acción en un eventual gobierno fujimorista. Ha llegado el momento del debate y del discurso. En eso, alguna experiencia tenemos.